Tener a Dios siempre presente

 


Tener a Dios presente en todo momento.

Y al tenerle presente, cuidamos cada detalle, damos nuestro servicio, damos cariño...

Tenemos una fuerza diferente para seguir en el día a día, y tenemos esa Gracia. 

Todo lo que vemos es bueno.

Transmitimos ese Amor, ese cariño, esa felicidad.

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