No hay paz, dijo mi Dios, para los impíos.




 19 produciré fruto de labios: Paz, paz al que está lejos y al cercano, dijo Jehová; y lo sanaré. 20 Pero los impíos son como el mar en tempestad, que no puede estarse quieto, y sus aguas arrojan cieno y lodo. 21 No hay paz, dijo mi Dios, para los impíos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Oración para irradiar a Cristo

La oración de la invisibilidad que nos dejó San Juan Pablo II